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A partir del a帽o 2000, las organizaciones sociales, fundamentalmente las ind铆genas y campesinas, dirigieron el fin de un ciclo pol铆tico en Bolivia con un proyecto de pa铆s y un sujeto pol铆tico definido: el ind铆gena. Se cuestionaba el car谩cter colonial del Estado, conjugando varias utop铆as provenientes de la ret贸rica indianista, como la toma del poder pol铆tico por los indios (ind铆genas), 芦somos mayor铆a y tenemos que autogobernarnos禄, o 芦somos los leg铆timos due帽os de este territorio禄 o la refundaci贸n del pa铆s a trav茅s de una asamblea constituyente.
La organizaci贸n social crucial de este proceso era la CSUTCB, dirigida por Felipe Quispe, 芦el Mallku禄. Este liderazgo fue precisamente saboteado por el Evismo al no acatar las convocatorias con las federaciones que controlaba, creando una dirigencia paralela con Ram贸n Loayza, con el apoyo de ONG鈥檚. Ese paralelismo sindical no es nada nuevo, como tampoco lo es la violencia que se genera en su disputa. Cabe recordar que, en 1998, el ala evista tom贸 la sede de la CSUTCB con 200 personas, golpeando y desnudando a Jos茅 Colque para vestirlo con pollera y hacerlo caminar por la calle.
El paralelismo sindical se intensific贸 durante el gobierno del MAS, ya que las dirigencias representaban una v铆a para obtener espacios de poder estatal. Mientras los ind铆genas deb铆an seguir esta ruta, otros, de 芦buena禄 cuna, ocupaban altos cargos sin m谩s esfuerzo que su cercan铆a con el poder por su condici贸n de clase. Que la Federaci贸n de campesinos de La Paz liderada por David Mamani haya exigido ministerios y direcciones a cambio de lealtad no sorprende; otras organizaciones lo han hecho p煤blicamente, como la eterna cuota del ministerio de cultura o el viceministerio de descolonizaci贸n para las organizaciones campesinas.
El gobierno de Arce, al igual que el de Evo, protege con polic铆as a ciertos sectores de la dirigencia campesina y reprime a otros. Esta estrategia refleja una comprensi贸n pragm谩tica del poder: la gobernabilidad no solo se sustenta en los votos o la representaci贸n parlamentaria, sino tambi茅n en el dominio de las calles. Esta relaci贸n perniciosa llev贸 a la decadencia de las organizaciones sociales, que alcanz贸 su punto cr铆tico en 2015, cuando el MAS perdi贸 la Alcald铆a de El Alto con un candidato respaldado por las organizaciones sociales, pero no por la poblaci贸n. El esc谩ndalo de Patana, quien fue mantenido como candidato pese a un video que lo mostraba recibiendo sobornos siendo dirigente, ejemplifica esta crisis.
La disputa interna del MAS ha revelado de manera descarnada la lucha por el control de las organizaciones sociales, en algunos casos con consecuencias tr谩gicas, como la muerte de dos hermanos quechuas en Tinguipaya, Potos铆. Evo Morales es consciente de esta realidad; por ello, desde su retorno al pa铆s, su objetivo principal ha sido restablecer su lealtad y conexi贸n con las organizaciones sociales. Seg煤n la cobertura de Kawsachun Coca, en los 21 meses posteriores a su regreso, Morales realiz贸 al menos 217 viajes para reunirse con organizaciones sociales, lo que equivale a casi tres viajes por semana. Esta frecuencia de desplazamientos ser铆a dif铆cil de mantener para cualquier otro pol铆tico o persona que se帽ala que trabaja en el campo, dado el tiempo y los recursos que requiere.
Ese v铆nculo directo con las organizaciones sociales fue parte fundamental de su presidencia, y es algo que necesita retomar para aspirar a volver y mantenerse en el poder. No solo esa relaci贸n clientelar con las organizaciones sociales que pueda darle 芦gobernabilidad禄, sino esa campa帽a permanente que hoy es pilar de los dos ejes discursivos del evismo: que en su gobierno se viv铆a mejor, y ese v铆nculo emocional sobre lo 茅tnico-racial que ha resguardado en su partido solo para 茅l e impedir y anular que otro actor fuera del MAS le pueda disputar ese espacio.
Es ese recurso de lo 茅tnico-racial que hoy sigue siendo explotado y hasta la exageraci贸n en la disputa interna del MAS, casi siempre tendiendo al victimismo. 驴Acaso hoy tiene el mismo efecto? El desgaste que genera la disputa torpe, vergonzosa y violenta del MAS, socava no solo a una organizaci贸n pol铆tica, sino a quienes simbolizaron su sustento durante estos 18 a帽os, las organizaciones sociales y esa forma de hacer pol铆tica, corporativa para ocupar y cuotear la administraci贸n p煤blica, tambi茅n est谩 en crisis.
Las nuevas generaciones 芦ind铆genas禄 (rurales y urbanas), pudiendo equivocarnos, se sienten distantes de este tipo de interpelaci贸n y de esta forma corporativa de la pol铆tica. Est谩n m谩s en internet donde lo individual prima sobre lo colectivo y es un espacio en donde la derecha le saca ventaja a la izquierda porque lo ha sabido comprender mejor.
Escenas, como las de la imagen de este post, donde dos mujeres ind铆genas, ambas funcionarias, una de un ministerio y otra de un senador minero, Hilari贸n Mamani, que ni sabe su nombre y se refiere a ella como 芦la cholita禄 en un programa de televisi贸n, reflejan el lugar que ocupan en esta disputa de dos 茅lites que tan solo quieren mantenerse o volver a ocupar el poder pol铆tico. Empujan a las bases a bloqueos o marchas, como carne de ca帽贸n, porque el dirigente de su organizaci贸n tiene compromisos pol铆ticos para proteger privilegios de bur贸cratas.
Hay quienes han comparado las movilizaciones que se desarrollan con el 2003 y la Guerra del Gas. Hay muchas distancias y los contextos son distintos. Tan solo ver los liderazgos de los movilizados de hoy no solo que no inspiran como lo hac铆a El Mallku, sino que repiten tal cual lo mismo que 茅l se帽alaba hace m谩s de 20 a帽os, muestra una carencia de ideas y una falta de lectura de que el pa铆s ha cambiado. Hoy, en este momento, las organizaciones sociales no tienen un proyecto pol铆tico que ofrecer al pa铆s, tan solo se circunscriben a la disputa de poder donde primar谩 quien m谩s capacidad operativa o de aparato tenga, despreocupados de c贸mo pueden afectar al resto del pa铆s con sus acciones.

Fuente: Wilmer Machaca en m.facebook.com/wilmichu

2 comments

  1. 芦Tan solo ver los liderazgos de los movilizados de hoy no solo que no inspiran como lo hac铆a El Mallku, sino que repiten tal cual lo mismo que 茅l se帽alaba hace m谩s de 20 a帽os, muestra una carencia de ideas y una falta de lectura de que el pa铆s ha cambiado.禄

    Hermano, totalmente de acuerdo.
    No solamente pisamos felices los palitos y tropezamos con las piedras: hemos dejado de pensar, c贸mo construir nuestro propio futuro.
    Nuestros dirigentes se pelean por puestos en los ministerios de un estado, que no es nuestro. Nos obligan de marchar por intereses, que no son nuestros.
    El Jach鈥檃 Mallku 隆nos hace mucha falta!

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