En Brasil hay una avalancha que temas que prenden la atención de todos, y que van de la economía bajo el gobierno de Lula da Silva a la cuestión ambiental, pasando por la reconstrucción de todo lo que fue destrozado bajo el gobierno del desequilibrado ultraderechista Jair Bolsonaro, entre 2019 y el año pasado.
Dos cuestiones, sin embargo, vienen concentrando las atenciones principalmente de políticos y analistas de la situación: lo que se refiere a la marea de denuncias contra Bolsonaro, que se multiplican a cada semana, y lo que ocurre en Argentina, en especial las voladuras de Javier Milei y las posibilidades de que sea el nuevo mandatario a partir de diciembre.
Delirio golpista
Las informaciones que el teniente coronel Mauro Cid, quien fue edecán y hombre de confianza irrestricta del ultraderechista, viene revelando a la Policía Federal son goteos apabullantes del delirio golpista de Jair Bolsonaro. Hay inclusive la denuncia de adhesión del entonces comandante máximo de la Marina a una propuesta de golpe que no ocurrió porque Ejército y Aeronáutica optaron por quedarse fuera del juego.
Son claras las señales de que la Justicia actuará con rigor y sin prisa. Todo indica que nada le ocurrirá al corrupto y desequilibrado Bolsonaro antes del año que viene, cuando ocurrirán elecciones municipales.
También se empilan denuncias contra militares retirados, la mayoría de alto rango, implicados en la trama golpista.
Malestar militar
Es palpable el malestar de los actuales jefes de las tres armas frente a las denuncias que no dejan de fortalecerse.
Así, la suma de todo lo que dice respecto a Bolsonaro y su pandilla siguen concentrando las atenciones en Brasil.
Pero hay otro foco de atenciones y preocupaciones concentradas al lado, en la vecina Argentina, principalmente relacionadas a la figura de Javier Milei.
No es Bolsonaro
Hay una especie de consenso, por cierto equivocado, de que se trata de una versión local de Bolsonaro.
Equivocado porque por más que Milei mencione como figuras-guía a Bolsonaro y al destemplado ex mandatario estadounidense Donald Trump, hay notables diferencias entre el argentino y el brasileño.
Para empezar, Milei es inteligente e informado. Además, sus propuestas, por más absurdas que puedan sonar – absurdas y tremendamente peligrosas – obedecen a una cierta lógica. Y sus desvaríos voladores no llegan a punto de tornarlo tan desequilibrado como Bolsonaro.
Preocupación
La preocupación no se limita a Lula da Silva y su gobierno. Hay plena conciencia de que las relaciones entre ambos países sufrirían un temblor.
Pocas veces el empresariado brasileño, bien como los dueños del agro, los industriales y la banca con intereses o negocios en Argentina siguieron tan de cerca unas elecciones en el país vecino como ahora.
Hay gran preocupación tanto con lo que Milei podrá hacer con la economía argentina, que pasa por una crisis de proporciones preocupantes, como lo que haría en la política externa.
Relaciones con el mundo
Se prevé, entre otros desastres, la debilitación radical del Mercosur, o su mera extinción. Comparado a lo que Bolsonaro intentó hacer con esa alianza, es mucho más asustador lo que propone Milei.
Esa tensa preocupación no hará más que crecer de aquí al domingo de octubre en que los electores argentinos decidirán no solo su propio futuro, pero el futuro de las relaciones de su país con todo el Continente y el mundo.
Librados del peligro que fue Jair Bolsonaro, la parte consciente de los brasileños ahora enfrentan otro: Javier Milei.
Vaya tiempos…
Fuente: Eric Nepunocemu en pagina12.com.ar