Los ricos en este país y –sobre todo nuestros capataces- viven en cierta normalidad a nivel personal: tienen su alimentación y sus vicios asegurados. Pero ¿Cómo viven sus trabajadoras del hogar, sus “sirvientas”, sus “perlas”?
Analizamos diferentes situaciones:
Evidentemente las trabajadoras del hogar sin “cama adentro” ya no pueden ir a trabajar, pues, no hay cómo llegar al lugar de trabajo. ¿Las pagan?, pues les corresponde, pero poco creíble que lo harán.
“Yo he tratado de ir pero no puedo, es lejos para ir a pie, y la señora me ha dicho que me va a descontar”. María C. vive en El Alto y trabaja desde hace cinco años con una familia en la zona Sur.
Las trabajadoras “cama adentro” en su mayoría han sido despedidas con el compromiso de recontratarles “después”, dado que sus “doñas” tampoco viven una situación favorable y –dado las circunstancias- tienen que aceptar ellas mismas de lavar la ropa, cocinar, levantar el ánimo a los hijos y aguantar al viejo.
Las compañeras “cama adentro” con “amos adinerados” siguen con sus servicios. PERO: ¡sin salida personal ninguna! No pueden ver a sus hijos, ni a sus familiares, ni a sus amores. Además tienen que aguantar un ambiente “familiar” muy tenso: la mala leche entre parejas, que no pueden conversar entre ellas, dado que hace años no lo hicieron; ni pueden mantener sus relaciones con sus amantes para soportar lo ya gastado; esta gente ni conoce bien a sus hijos, que están al borde de un ataque de nervios, respondiendo tareas de internet de sus colegios privados…
“Me he quedado en la casa donde trabajo cama adentro y ahora no tengo descanso. Como está toda la familia, hay que atender a todos y el trabajo se ha triplicado, incluidos sábados y domingos. La señora me ha dicho que no me va a pagar mi sueldo completo porque a ella no le pagan…”.
En la zona sur de La Paz : “Son 24 casos de los cuales hemos tenido cinco fallecimientos y en estos momentos tenemos 19 pacientes de los cuales 13 están siendo atendidos en el hospital Las Portada y el resto en otros centros de salud”, dijo el alcalde Luis Revilla. (¡Hay que actualizar los datos! Son del 11.4.) Entonces hay por lo menos 6 pacientes que están atendidos en sus casas. Posiblemente no todos estos casos corresponden a ricachones, sino algunos serán atendidos con mucho amor, pero sin medios adecuados por sus familiares.
¿Y en caso de los ricos enfermos, sospechosos? ¿La Trabajadora del Hogar tendrá los insumos para cuidarse ella? Pues, sus amos la darán instrucciones sinfín para cuidar a la familia y tampoco reflexionarán sobre el trabajo adicional que significa esto para su “perlita”.
Como colmo: el Ministro de Trabajo no supo responder a la pregunta ¿cuáles son las medidas para proteger a las trabajadores del hogar? en Jaque Mate (16.4.). Obvio, vive en otro mundo, como todos los que están en el poder ahora.
Pequeña nota: Las Trabajadoras del Hogar siguen siendo esclavas, expuestas a las ganas de sus “amos”. A pesar de ciertos derechos laborales, que consiguieron las compañeras: ¿quiénes de Ustedes han asegurado a su “perlita” a la AFP, a la CNS? ¿Quiénes de Ustedes les dan un contrato de trabajo?, estableciendo el horario, la cantidad de personas por atender, las tareas que cumplir…
No entiendo nada de internet. Mi hermano me hiso escuchar el artículo y me está ayudando para escribir. Trabaje en un departamento en Sopocachi con una familia amable. Pero me paso lo que dicen, me despidieron un día antes de la carentena. Será grave, Pauli, andate donde tu familia, me dicen. Despues nos veremos, dicen. Me dieron para mi pasaje. Nada más. Ahora estoy con la familia de mi hermano. Mi hermano trabaja con minibus. Ahora no puede. Su señora vende ropa usada en la 16. Nadie compra ropa, compran comida. Tienen tres hijos, pues. Todos vamos a cobrar un bono y salimos tempranito para haser cola. Nos ayuda alguito, pero no mucho tiempo. Me siento muy mal porque todos trabajamos, no somos mendigos, no somos maliantes.