La celebración del Año Nuevo Aymara se retoma y emerge en los años 70 del siglo pasado, como resultado de un proceso de reafirmación identitaria en un tiempo en el que el racismo, la discriminación y la exclusión era muy acentuada.
Estamos a punto de volver a estos tiempos oscuros, pero el Willkakuti no se deja encapsular. Retornará el sol y nos llenará con nuevas fuerzas para reordenar nuestro Qullasuyu.
Los aymaras, observamos mucho los diversos fenómenos astronómicos antes de iniciar las diversas faenas agrícolas y ganaderas, como siembras, cosechas y esquilas a los camélidos. Esta fecha está cargada de fuertes energías.
El solsticio de invierno era y es inmensamente importante, porque las comunidades iban a ser privadas de muchas cosas durante el invierno.
El solsticio de invierno, marca para nosotros el comienzo de un nuevo año, que en este 2020 (del calendario gregoriano), llega a ser el año 5.528.
Necesitamos mucha energía y visión para lo que nos viene en el futuro.
Un Jallalla de los hermanos chilenos.
https://www.youtube.com/watch?v=V5Dahm1tnPM