Las autonombradas, es decir la canciller como pavo excitado y la presidenta con la sonrisa de suegra, agradecen a sus santos por ser elegido Bolivia (y otros países latinoamericanos) para aplicar vacunas anti-COVID.
Los países “desarrollados” están en competencia mortal para elaborar una vacuna contra el COVID –en vez de colaborar/coordinar entre ellos-, para encontrar rápidamente una solución científica. Como siempre hay demasiada plata por medio.
Preocupa que estos países ofrezcan primero a nuestros países esta “oportunidad”. Nosotros, que siempre hemos sido objeto de sus necesidades (materia prima), ahora exponemos nuestros cuerpos.
¿Realmente se tocan el pecho y están conscientes de nuestro sistema de salud más que deficiente y lo que sufre la mayoría en este país?
Tanta duda por el dióxido de cloro, un producto de fácil alcance y barato.
¡NUNCA JAMÁS LES VAMOS A SERVIR COMO RATONES DE LABORATORIO!
Mi sobrino de 36 años murió por el virus y varios de la familia estuvimos enfermos. Quiero la vacuna, YA.