Los dogmas como, esa verdad absoluta, es el peor enemigo de cualquier proceso revolucionario; los grandes debates en todos los procesos revolucionarios de la historia han sido imprescindibles, al interior de los jacobinos, de los revolucionarios de octubre en la Rusia zarista, en la larga marcha de Mao, sin debate no se avanza.
Hasta ahora no se ha realizado un balance profundo de las causas y consecuencias del golpe de noviembre, la vorágine electoral anuló la posibilidad de “pensar el momento”. A partir de ahí fueron los personajes que definieron el decurso de la política. Janine, Lucho y David, Evo y algunos ministros, dejando el debate y el análisis a los medios de comunicación.
La pobreza argumental, acerca de posibles divisiones, de renovaciones y disputas por el poder representativo, es el actual “estado” del Instrumento Político forjado por anónimos participantes de Congresos, Ampliado, encuentros y marchas que finalmente dieron vida a un instrumento político que pretende cambiar la vida de bolivianos y bolivianas.
Prohibir que se desarrollen eventos de debates, de análisis, de recuperación de la memoria, es un sinsentido, en un pueblo demandante de claridad, de explicación de las cosas ocurridas y de un presente confuso y ambiguo, ¿o es que existe interés en mantener en la oscuridad de la memoria los acontecimientos que derivaron en el golpe? Se trata de una política de ¿“borrón y cuenta nueva”?
En Bolivia las escisiones partidarias no son novedad, más bien es una práctica muy “normal” en la política criolla. Raúl Rivadineira Prada, en su “El laberinto político de Bolivia” señala 27 tendencias internas en el MNR y 31 organizaciones “derivadas” del MNR, tal parece que un partido “grande” tiene como destino fatal la división, de hecho el MAS nace de una división del ASP, primer Instrumento Político aprobado en Congreso, los documentos están ahí, los actores aún con vida.
La crisis como oportunidad no esta siendo aprovechada para el necesario salto cualitativo en el proceso truncado, por el contrario se ha perfilado una disputa entre una corriente “progresista” al interior del MAS, frente a otra que recupera el “Vivir bien” como el sustento ideológico político; Evo Morales en una entrevista, posiblemente por la presión del momento, calificó de “pachamamismo” al Vivir Bien, tomando el argumento de pensadores colonizados, que no logran entender que la producción de pensamiento no es patrimonio de occidente.
Las actitudes de “prohibición” tienen el sello de posturas dictatoriales, su máxima expresión es el “prohibir pensar” que el fascismo trató de implementar con sus quemas de libros, algunas almas extraviadas todavía piensan que eso es posible, el pensamiento es libre y en eso radica su potencia rebelde.
Las próximas elecciones serán definidas por los jóvenes, por aquellos que han vivido un golpe de nuevo tipo y que requieren debatir, analizar y dialogar acerca de este proceso, este es el trabajo importante a desarrollar por cualquier tendencia política, la derecha política es más hábil en este terreno, porque mantiene su discurso de verdad que pudo movilizar, sobre todo jóvenes. La reciente presencia de jóvenes con estructura paramilitar en Cochabamba, es el contrapunto de pequeños grupos que semanalmente pide “memoria y Justicia”.
¿Se dividirá el MAS? En el cálculo de las posibilidades, siempre se puede afirmar que sí, lo importante es señalar el objetivo de esa división, volviendo a las posibilidades puede ser una división para ganar o para perder.
El MAS durante la Asamblea Constituyente aplicó la estrategia de la división para tener los dos tercios, lamentablemente a medio camino alguno de sus estrategas descartó la posibilidad cierta de que MUSPA (el otro MAS) participe en las elecciones; y ya conocemos los resultados una Constitución “negociada” que aún deja ambigüedades que incluso fueron utilizadas para justificar el golpe.
Es tiempo de mayor debate, de mayor discusión y prohibir estas actividades es mantener una niebla opaca acerca de la práctica política, cuyo horizonte no son las elecciones del 2025, sino consolidar el Estado Plurinacional, que se está convirtiendo, poco a poco en solo un recuerdo.
Fuente: Camilo Katari en Resumen Latinoamericano